Los amaneceres ya no son números; los instantes de honestidad natural dejaron de ser estrellas fugases.
Los atardeceres en mi compañía; ahora si me conozco mejor de lo que alguien pudiera.
Las noches en que los logros mueren, les llevo rosas olorosas, les lloro, les rio, les bailo y canto bonito.
Gracias vela de la madrugada, le das curva y sombra a mi tinta repartida.
que bueno que te conozcas, que bueno conocerme, que bueno conocernos
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