viernes, 26 de septiembre de 2014

26-Sep-14 1:01pm



Comandas sin sensatez, imponiendo tus diálogos muletosos, los mismos que te mantienen fuera de todo. En cada que eres no estás y te alejas para solapar tú falsedad, tú bienestar, tú realidad. Ya conozco tu egosismo derrumbador de paz. Cohabitar con tu presencia me resulta insoportable y cuando supongo tú final, me someto a tu voluntad volviéndote llevable. Eres el jefe de la blasfemia, de la infidelidad, de la reacción, eres el jefe de quien se deja. Y hoy ya no me dejo, ni tampoco te dejo, tan solo te suelto.

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