jueves, 25 de febrero de 2016

12:06 am

Noche apremiante de susurros, dame de tu penumbra incitadora, 
dame un sueño constante de infortunio.
Oasis prometedor, acometes alivio de puertas abiertas,
de fuentes hambrientas, de fuegos insaciables, de luces fugaces.
Ya no hay luces en la orilla de mi banqueta, son telarañas de historias olvidadas.
No hay reproches, no hay sombra en la oscuridad.
   

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